12 sept 2013

LOS PEQUEÑOS GUERREROS DRAGON



Entrenar al despertar, entrenar al mediodía, entrenar en la tarde, entrenar justo antes de dormir, los días en Academia Puerta del Dragón son arduos, hay poco tiempo libre y este suele estar lleno con tareas como lavar la ropa, limpiar el cuarto, o ir al pueblo a comprar la fruta y lo que se quiera tener para estos tiempos libres. El verano casi ha terminado, el fuerte calor comienza día con día a dar paso al frío, la vegetación ha comenzado a cambiar, las cosechas se empiezan a recoger y el cambio más notable es la ausencia de los niños en la academia que ya han regresado a clases.


Siempre he entrenado con niños, en las escuelas de kung fu a las que he asistido en México se suelen separar los horarios en adultos y niños, aunque esto no siempre es posible al cien por ciento,  por lo tanto siempre hay uno que otro niño entrenando con los adultos, pero aquí en la academia este no es el caso, todos entrenamos juntos y muchas veces los niños se llevan la parte más pesada del entrenamiento, y aun así la alegría que infunden al entrenamiento es algo que en verdad se echa de menos, es por eso que ahora quiero escribir sobre estos maravillosos pequeños guerreros.


Este año escolar son 13 los niños y niñas que viven en la academia, el más pequeño tiene tan solo 5 años y ya es todo un experto en acrobacias y patadas, es un pequeño que sonríe y salta todo el día, solo llora cuando no se le permite participar en algún entrenamiento o cuando los niños mayores lo hacen  a un lado en los colchones quitándole su lugar en la fila para entrenar acrobacias. A partir de el hay niños y niñas de todas las edades hasta llegar al mayor de 15 años.



Los niños viven en la escuela durante 11 meses al año, sólo durante el mes de festejos del Año Nuevo Chino entre Enero y Febrero la escuela cierra sus puertas y todos regresan a casa, durante estos 11 meses esta escuela es su hogar y su familia, aquí tienen hermanos y hermanas, y un padre que es nuestro Shifu.

                               

En la semana se entrenan todos los días excepto los lunes que es el día de descanso, esto es justo por los niños, ya que así el sábado y el domingo que no van a la escuela pueden entrenar todo el día, y entre semana cada dos días se les da la ultima hora libre para que puedan descansar, jugar o lavar su ropa, son completamente responsables de sí mismos y de sus pertenencias y no se les permite estar mal vestidos ni sucios.


El día comienza a las 4:50 am con el primer silbato que anuncia que en los próximos 10 minutos todos tienen que estar ya formados esperando al instructor, quien no lo haga corre el riesgo ser castigado con 100 lagartijas o peor. La clase comienza con varias vueltas al patio corriendo,  para seguir con pateos y las formas que cada uno ha ido aprendiendo, una hora después al terminar esta clase, el sol apenas ha salido y otro silbato anuncia el desayuno, todos tienen que formarse afuera del comedor y si alguno no llega por la razón que sea todos esperan de pie y formados a que el último de sus compañeros este presente.




Terminando el desayuno tienen media hora para hacer labores de limpieza de sus cuartos y de las áreas comunes,  la basura generada por todos así como las hojas de los muchos árboles que rodean el patio de entrenamiento son recogidas en una carretilla y luego entre dos de ellos la llevan al basurero al lado de la carretera como a unos 500 metros de distancia. Cuando apenas están terminando, un silbato mas anuncia que la siguiente hora de entrenamiento ha llegado, o en esta nueva temporada es el momento de correr a tomar el camión público para dirigirse a sus respectivas escuelas, la responsabilidad se les inculca desde el comienzo del día.

                                         
Durante el verano, cuando la mayoría de los niños del mundo están jugando, estos guerreros entrenan, entrenan duro y sin descanso, al comenzar la segunda clase corren de nuevo, esta vez al ritmo de los adultos, para después dar  paso al momento de practicar la elasticidad. Esto podría ser incomprensible y hasta mal visto por quienes no están familiarizados con las artes marciales, una buena elasticidad es una de las aptitudes más difíciles de obtener, sólo a base de muchísimo esfuerzo y dolor se logra, y aquí a los niños se les exige hasta las lágrimas. Uno pensaría al escuchar los gritos y ver las lágrimas que en verdad es algo salvaje y que es incorrecto, pero precisamente aquí es cuando uno ve la inmensa fortaleza, la tenacidad y el temple que tienen sus corazones, esto es una enseñanza invaluable para su futuro.


Varias veces he visto llorar a estos niños al ser llevados más allá de sus límites, para tan solo limpiarse las lágrimas, mirar el compañero que está próximo en la fila, sonriendo retarlo a mejorar su marca y volverse a formar sin necesidad que nadie le pida que lo haga, por supuesto jamás son lastimados, se tiene el mayor cuidado en su salud y los métodos aunque sumamente estrictos son métodos que han sido probados a través de los siglos de práctica de Kung Fu, ellos entienden perfectamente que solo así serán mejores cada día y esto queda clarísimo al ver los resultados en los niños más avanzados, algo realmente sorprendente.
                                
LA FUERZA Y RESISTENCIA QUE POSEEN A SU CORTA EDAD ES SORPRENDENTE


Un silbato mas anuncia el fin de la clase, media hora más de descanso en la que pueden jugar un poco, comer algo de fruta o dulces, y con un silbato más comienza la tercer clase del día, en esta hora su entrenamiento se enfoca en su formas personales y en la práctica de la acrobacia, este es un momento de mucho esfuerzo pero también de muchas risas.







Estos pequeños guerreros no conocen el miedo, y el dolor para ellos es tan solo un pequeño contratiempo, nada que realmente vaya a detenerlos, el control que tienen de sí mismos con los años se convertirá en una gran virtud para cualquier actividad que realizen.

                   


                                                      QUIEN DIJO MIEDO?

 

Varias veces me he unido a su entrenamiento de acrobacia y es realmente divertido, los adultos no están obligados a hacerlo así que la mayoría entrenan formas, pero para ellos es muy emocionante ver a un adulto y más a un occidental tratando de hacer saltos y giros complicados, siempre me están llamando y retando a intentarlo una vez más, a hacerlo mas alto, mas fuerte y mejor, el cansancio que un adulto siente no es algo que todavía conozcan, pero su energía se transmite y uno no puede sino intentarlo una vez más, cada vez que alguien logra mejorar un poco todos aplauden y lo felicitan, en verdad disfrutan lo que hacen y disfrutan ver a sus hermanos mejorar, es un reto más para ellos.

     

PRACTICANDO UN POCO CON ELLOS UN SALTO LLAMADO XUANZI ZHUANTI





Al terminar esta clase hay un descanso de media hora y luego la comida, donde de nuevo se forman y al terminar dos de ellos son los encargados de limpiar el comedor donde los niños toman sus alimentos.


Durante el descanso de 4 horas, los niños normalmente ven un poco de televisión aunque en realidad esto no les llama demasiado la atención, siempre están jugando en el patio, algo que me llamó la atención de sobremanera cuando entre a sus cuartos fue ver que no habían juguetes, sus juguetes son espadas, sables, varas y lanzas o lo que encuentren en el patio como piedras, insectos o juegos que ellos mismos inventan, muchas veces sus juegos son seguir haciendo acrobacias hasta que el cansancio los hace dormir por unas horas.

A VECES LOS JUGUETES MÁS DIVERTIDOS SON LOS ADULTOS





                                  


A las 4 de la tarde el silbato suena de nuevo, el calor ya ha bajado un poco pero aun así entrenamos en la sombra, esta hora de entrenamiento es a mi parecer la más relajada del día, comenzamos con un calentamiento básico y luego practicamos diferentes técnicas de Baguazhang, un estilo de Kung fu pensado en la pelea contra varios contrincantes, su particularidad es la manera de caminar, en la que no se despegan los pies del suelo y siempre hay que moverse en círculos para lograr atacar sorpresivamente desde cualquier dirección, es un estilo muy complicado que requiere mucha práctica y paciencia.

                            
DESDE PEQUEÑOS APRENDEN A TENER PACIENCIA Y CONCENTRACIÓN



En la siguiente hora las formas son de nuevo la regla, y cuando el cansancio en verdad ya se siente, los niños parecen como nuevos, sus formas las ejecutan a la perfección  una y otra y otra vez, cada vez con más velocidad, con más fuerza. En este momento, se puede observar como es que se manejan entre ellos, los más avanzados entrenan en el centro del patio, uno tras otro sin parar, y entre ellos se corrigen y se apoyan, la mayor parte del tiempo el instructor está con ellos.





 Los niños intermedios, entrenan a uno de los lados, se les da un ejercicio que tienen que practicar ellos mismos y se le encarga su supervisión a algún otro de los niños avanzados, lo mismo sucede con los niños más nuevos a quienes se le enseñan las posiciones básicas y ejercicios de coordinación, estos supervisados a su vez por un niño de nivel intermedio, el instructor solo los revisa por momentos y al final de la clase.


Este tipo de enseñanza cumple varios propósitos, libera el tiempo del instructor para poderlo dedicar a los niños avanzados que necesitan y merecen más atención, y para los encargados de la supervisión  es un momento en el que se enfrentan con diferentes problemas, como el explicar correctamente como hacer un movimiento o una patada, lo cual les sirve a ellos mismos para entenderlo mejor, y en otros casos se enfrentan a como manejar a un niño novato que no quiere hacer caso, en este tiempo he visto como cambia y mejora la actitud de un niño novato y bastante rebelde después de una semana de enseñar a otros más nuevos que el.



A las 6 de la tarde termina la clase y ahora que el verano ha terminado es cuando los niños apenas regresan de la escuela, es hermoso estar entrenando y escuchar a los lejos sus voces y risas acercándose desde la carretera, al entrar a la academia todos comienzan alegremente a gritar saludando, "Shifu Hao! Shifu Hao!" (Hola Shifu, Hola Shifu), ahí se puede escuchar la profunda relación de cariño y respeto que tienen con nuestro Shifu quien sonríe, se toma un segundo para saludarlos de vuelta y vuelve a concentrarse en nuestra enseñanza.



Otro silbato mas anuncia la hora de la cena y al terminar hay tiempo libre, durante este tiempo se les puede ver jugando en el patio, o si tienen tareas escolares que terminar en su cuartos realizandolas, la disciplina ya está inculcada en ellos a base de la practica del Kung Fu.



                                         UNA VEZ MÁS RETANDO AL OCCIDENTAL


REGRESANDOLES EL RETO


NO CONTABAN CON EL OCCIDENTAL "MEXICANO"




         SOLO UNO DE ELLOS SE ATREVIÓ A MORDERLO Y RÁPIDAMENTE LO ESCUPIO,                                 POR  PRIMERA VEZ FUI VENCEDOR!

La última clase comienza a las 8 de la noche con otro silbato, ya esta oscuro y con el calor del verano ya pasando el frío comienza a hacerse presente, pero esto tampoco es motivo para no entrenar, la clase comienza corriendo para hacer un rápido calentamiento y después un repaso de lo aprendido en el día.



A las 9 de la noche un ultimo silbato anuncia el fin del entrenamiento, los niños se bañan y ya en sus cuartos se pueden escuchar risas desde lejos, todavía están jugando, los pequeños guerreros son admirables, tienen la felicidad de cualquier niño, la tenacidad y la disciplina que incluso pocos adultos tienen, pero sobretodo, tienen un corazón poderoso formado al calor del fuego del Kung Fu, y esto habrá de acompañar a los pequeños guerreros dragón el resto de sus vidas.